Hoy,
Señora de mis días, voy la vida
repasando y allá,
muy dentro, temblando
un
pétalo me decía:
¿Por
do anda la lozanía de mi florecilla blanca,
que
Ella escogió entre mil plantaspor darle al Hijo alegría?
Ya
su cáliz se ha quedado sin un pétalo de amor.
Algo,
Señora, ha fallado; ¿quién su belleza ha robado?¡Tú lo sabes!... También, yo...
Vamos
Madre, a retomar aquella senda de ayer.
Para
encontrarme con Él, ajústame el caminar.
Preséntame
con Jesús al Padre,
en
humilde ofrenda.Cual margarita pequeña
que lucha desde la fe.
Y
no te asuste, Señora, si vuelve a quebrar su tallo.
Que
ella quiere desde ahora -vigilante a cada hora-Borrar con amor tu llanto.
Carmelo de Orense
Presentación del Señor
02.02.2013
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