Nació en la parroquia de San Cristóbal de Cea, el 26 de marzo de
1877. Sus padres Francisco, que era guardia civil, y Rosa, la educaron
cristianamente. En su niñez peregrinó al santuario de la Virgen de los
Milagros con su familia y conoció a las Hijas de la Caridad.
Ingresó en
Astorga, haciendo su postulantado en el Hospital de hombres incurables
de Nuestra Señora del Carmen de Madrid. Entraría en la Compañía, el 16
de agosto de 1897. Terminada su etapa de formación, fue destinada en
1898 al Hospital psiquiátrico de Santiago de Compostela. A los pocos
meses, sor Carmen se resintió de su salud. Vuelve a casa. Recuperada su
salud, es readmitida
Destinada al
Colegio-Asilo de Bétera, en Valencia, ejerce allí su ministerio como
maestra de párvulos durante 34 años. Preparaba con esmero las clases y
las catequesis de Primera Comunión, acompañaba a las Hijas de María,
visitaba a los enfermos y ancianos inválidos. Durante la epidemia de
1918, atendió a las familias más afectadas. Dirigía el obrador de
costura, donde se hablaba, se reflexionaba y se rezaba. Tenía buena voz
y oído, por lo que fue nombrada organista del colegio. Enseñaba a
cantar a los niños del coro. En septiembre de 1935, fue nombrada
superiora de la Comunidad.
El 21 de julio de
1936, se refugió durante cuatro meses en una pensión, con otras cuatro
hermanas. Al ser descubiertas, fueron conducidas a una checa. Durante
los cinco días de prisión, las hermanas alentaron la fe y la esperanza
de los demás presos. En la madrugada del 9 de diciembre de 1936, tuvo
lugar una saca de la cárcel que las llevará al martirio físico.
Su
único delito fue ser Hijas de la Caridad.
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