Nace el 11 de agosto de 1917, en Sarreaus de Tioira. Sus padres,
Juan Antonio y Pilar le llevan a bautizar al día siguiente. La cercanía
de Sarreaus de Tioira con el santuario de los Milagros atrajo muchas
vocaciones a la Congregación de la Misión.
A la edad aproximada de 14
años, pide entrar en la Escuela Apostólica de los Milagros. Después de
realizar los dos primeros cursos de Humanidades, decide ir a
Guadalajara para ser Hermano Paúl. Su dedicación a los trabajos que se
le confían – la cocina, el comedor y la atención a la portería – ponen
de manifiesto su bondad y amabilidad, y su hondo sentido de la
responsabilidad y la paciencia. Terminado el postulantado, es enviado
al Seminario Interno de Hortaleza (Madrid), en 1933.
Con frecuencia se le veía desgranando las
cuentas del rosario delante del Santísimo Sacramento, visitas que
frecuentaba por amor a Cristo. Tal era la piedad mariana y sacramental
que distinguía a este Hermano sencillo y trabajador. Enviado al
Seminario de San Pablo de Cuenca, emite los votos el 27 de noviembre de
1935, día de la fiesta de la Virgen de la Medalla Milagrosa.
Entrado
el año 1936, densos nubarrones cubren la capital conquense. Narciso se
refugia primero en casa de una familia amiga, y después en el palacio
episcopal, donde manifiesta en una carta dirigida a sus padres su
disposición al martirio: “Estoy dispuesto a todo, porque si morimos,
morimos por la fe de Cristo y confesando a Cristo”. Más tarde se dirige
a la Casa Central de Madrid, y de ahí a Valdemoro y Guadalajara, donde
cae prisionero con sus compañeros de comunidad y muere fusilado el 6 de
diciembre de 1936. Tenía 19 años.
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